Gastón Pauls se luce en la piel de un Juan Perugia tan ridículo como conmovedor en su vana búsqueda.
Con Todos contra Juan (martes a las 22.30 por América) han quedado demostradas, por lo menos, tres cosas. Una, que puede hacerse ficción televisiva fuera de los moldes del costumbrismo adocenado y del "compromiso social" políticamente correcto. Dos, que se puede hacer una comedia que solamente sea, nada más y nada menos que, divertida. Y tres, por si quedaba alguna duda, que Gastón Pauls es mucho mejor haciendo comedia que poniéndose solemne. Ya lo había insinuado en el malhadado Soy tu fan, y con su patético Juan Perugia termina de confirmarlo.
De la mano de Juan Perugia, Pauls ha logrado instalar un personaje que es mucho más que un protagónico. Es un arquetipo, un modelo reconocible que reúne en sí mismo la suma de todos los sueños, anhelos, fantasías, afanes, alucinaciones, empeños, ambiciones, ilusiones, espejismos y tics que rodean el incierto concepto de fama.
Juan Perugia es un tarado entrañable que tuvo la mala suerte de quedar abrochado a los quince segundos de fama que le tocó vivir cuando coprotagonizó, hace más de 15 años, La vida es un juego, un ciclo de temática adolescente (con Cecilia Dopazo, Julián Weich, Julieta Díaz y Esteban Prol) que sucedió a Clave de sol y precedió a Montaña rusa. Y que terminó algo abruptamente por problemas, algunos de ellos con el propio Perugia, nunca aclarados.
Fuera de escena y de las luces de la fama por más de una década, Juan Perugia decide regresar para ocupar su lugar. Un lugar que nunca tuvo y que resulta un terreno ubérrimo para asistir a las desventuras de un ex actor que se cree lo que no es; una distorsión más que frecuente en su gremio.
Con todas las debilidades del personaje (mitómano, negador, desubicado y patético, entre muchas otras), Pauls construye un ser tan ridículo como conmovedor, tan absurdo como enternecedor, tan caricaturesco como tierno. Con el incondicional apoyo de sus amigos -los estupendos Sebastián de Caro y Mercedes Oviedo-, Perugia va por la vida tras una quimera: recuperar lo (supuestamente) perdido. Una fama tan esquiva como inexistente.
Contra el desplante sistemático de sus "pares" (Mariano Martínez, Gustavo Garzón, el mismo Prol y Luis Luque, entre otros), Perugia no baja los brazos, apenas si se le caen un poco los hombros. Como tampoco los baja en su casa, con una madre sobreprotectora y un padre que no puede entender haber tenido ese hijo; en sus increíbles clases de teatro para niños, con sus alumnos que lo tienen recalado; y en la vida, ante la inevitable mirada piadosa y la actitud de conmiseración de quienes se topan con sus aires de fama.
Una comedia sobre la (no) fama
Publicadas por
Me_iluminas
noviembre 21, 2008
Etiquetas: Diarios y Revistas , Noticias , Temporada 1
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